La demanda de agua para uso agrario ha pasado de un índice superior al 80 por ciento en 1999, a alrededor de un 63 por ciento actualmente, gracias fundamentalmente al profundo proceso de transformación de regadíos que han llevado a cabo los agricultores en estos últimos años.
Los
agricultores españoles han logrado reducir en cerca del 25 por ciento el
consumo de agua para riego en los últimos quince años, al pasar de una
demanda para uso agrario superior al 80 por ciento en 1999 a
aproximadamente un 63 por ciento en la actualidad, según los últimos
datos de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore).
Este descenso se debe
fundamentalmente al profundo proceso de transformación de regadíos que
han llevado a cabo los agricultores en estos últimos años, con la
modernización de los tradicionales sistemas de riego por gravedad, de
coste energético casi nulo, a los nuevos mecanismos de riego por presión
que, aunque demandan más energía, permiten ahorrar hasta un 20 por
ciento de agua.
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